Vivir las relaciones eróticas saludablemente implica hacerlo con gusto, conociéndose, valorándose, eligiendo qué, cómo, cuándo y dónde, diciendo lo que apetece y lo que no, y teniendo información adecuada para hacerlo sin riesgos.
Para que la pareja disfrute al máximo del sexo y de forma saludable, Francisca Molero, vicepresidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS) y codirectora del Instituto de Sexología de Barcelona propone preocuparse por tener una buena autoestima, comunicarse con la pareja y aprender conocimientos sexuales nuevos.
Otros expertos dan los siguientes consejos:
1) Cuidar la salud
Para unas relaciones sexuales satisfactorias es importante la ausencia de cansancio y de estrés, así como problemas médicos (déficit de testosterona, depresión, ingesta de algún fármaco que inhiba el deseo sexual, etc.).
“La práctica del ejercicio físico de manera regular es un potenciador de nuestra libido, puesto que mejora la producción de testosterona y permite una buena autoregulación emocional”, señala Vicente Briet, director del Centro Vicente Briet y miembro de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS).
2) Descubrir qué te gusta
Para disfrutar en pareja, “primero tengo que conocerme bien a mí mismo, saber cómo funciona mi erótica, mi cuerpo, qué me excita, etc.”, afirma José Luis Casado Santamaría, sexólogo y terapeuta del Centro Sexológico SENSO, de Valladolid.
“Si cada miembro de la pareja posee este autoconocimiento erótico -continua- el encuentro entre ambos será mucho más fructífero y placentero. Aquí es también vital la comunicación, la confianza y la intimidad entre ambos”.
3) Dejarse llevar
Santiago Frago, médico, sexólogo y profesor del Máster de Sexología de la Universidad Camilo José Cela, señala que “para que una pareja disfrute de su arte de amar y del placer de su encuentro, no hay más secreto que dejarse llevar por el deseo del encuentro, dedicar tiempo al amor y espacio al erotismo”.
4) Innovar
Con el tiempo, Briet afirma que algunos estímulos pierden eficacia. “La solución pasa por la exploración continuada de estímulos de cualquier tipo (visuales, táctiles, auditivos, olfativos, etc.). También por la descontextualización de las relaciones sexuales y la búsqueda de alternativas (variando el contexto, hábitos, posturas y ritmo, entre otros)”.
5) Saber que el coito es solo una opción
Casado rechaza la idea de una sexualidad finalista, donde todo se realiza para un final, que es el coito y el orgasmo, y todo lo anterior es secundario. “Esto es fruto de una idea excesivamente genital de la sexualidad”.
“Nuestro órgano sexual es todo el cuerpo, no sólo los genitales. El coito es una opción, pero no tiene por qué ser la única para disfrutar con tu pareja. De hecho, el coito, cuando se considera el elemento imprescindible para que haya sexo, da muchos problemas, como la ansiedad. Hay que aprender a jugar a otras cosas”, recomienda Casado.
El experto asegura que hay parejas que, en determinadas épocas, tienen menos coitos pero no dejan de besarse, cogerse de la mano, dormir abrazados y desnudos, y, en buena medida, siguen satisfechos en el plano erótico.
6) Apostar por una relación de pareja sana
La ausencia de conflictos en el seno de la relación de pareja constituye uno de los mejores pronósticos para mejorar la salud sexual. Hay que cuidar a la pareja. Y es que, en algunas personas, la relación sexual con la pareja ha sido durante mucho tiempo una obligación, más que una fuente de placer y de satisfacciones.
“Una experiencia insatisfactoria tras otra suele dar lugar a una pérdida de interés sexual, cuando no a un rechazo hacia la propia pareja”, destaca Briet.
7) Tener una actitud positiva
La dimensión sexual está muy relacionada con la mente. Puede que los problemas de la vida cotidiana afecten a las relaciones sexuales. “Hay que evitar que la sexualidad se vea interferida por problemas laborales”, afirma Briet.
También es importante liberarse -mental y afectivamente- de cualquier prejuicio negativo ante el sexo. Para ello, el experto insta a dar mayor importancia a las fantasías sexuales en cualquier contexto de la vida diaria y más especialmente antes, durante y tras las relaciones sexuales.
8) La frecuencia que la pareja desee
No existe una frecuencia ideal para tener relaciones sexuales. “La que marque la edad y las ganas de cada pareja. Desde un orgasmo o más al día, hasta dos o tres al año, pueden ser suficientes si la persona así lo considera”, señala Casado.
La edad en que el hombre es más potente, y consigue el máximo de orgasmos, viene a estar entre los 15 y los 25 años. En cambio, la plenitud de vida sexual en mujeres se acrecienta entre los 35 y los 50 años.